Por fin, 365 días después llegaron las esperadas fiestas del Carmín en Pola de Siero. La fama de la romería por excelencia de la zona centro de Asturias había traspasado los límites de la galaxia, por lo que esta vez me traje a unos cuantos congéneres para disfrutar de la sidrina, la merienda, el colegueo, la sidrina, las charangas, el solín, la sidrina... en fin, todo lo que rodea esta fiesta única, y de la que os voy a ir poniendo unas fotos a lo largo de esta semana, para que a todos aquellos que os la perdisteis se os pongan los dientes largos.

Seguimos con las fotos, poco a poco el prau se va llenando de gente, así que definitivamente entama la folixa, suben los decibelios, les tarrasques, y sobretodo el frío que nos cogió por sorpresa.
Pa entrar en calorín, nada mejor que la sidra, al aparato: el monstruo Rubenzo, obsérvese su porte elegante, su figura grácil, su movimiento estético, su culín... de cristal fino...

Tras una semana de parón por enfermedad (que me ha jodido la merienda de Pañeda... de la que también había pensado poner fotos) vuelvo a la carga a ver si termino la serie del Carmín. Debido al frío, cambiamos de zona del prau, a otra donde había más veteraneo pero muchísimo más barullo como puede apreciarse.
No mucho más tarde, comenzó a oscurecer, pero poco nos importaba...
Lo siguiente ya fue lo de siempre, saludar a gente, y más gente, conocidos de toda la vida, coleguillas del gimnasio, apañeros de juergas, todos juntos echándonos unas risas, intercambiando culetes, y comportándonos como si fuera la última vez que nos fuéramos a ver en la vida...



La sidra, como todos los asturianos sabemos, es una bomba. Está cojonuda, pero pega unas hostias que dejan a uno temblando, aunque lo más peculiar que tiene, es que a cada uno le sienta de distinta manera, a los más les pone cariñosones...

A otros les pone violentos...

Tampoco faltan los típicos a los que les deja en trance...
Pero si algo no puede faltar en una fiesta de este tipo, es la exaltación de la amistad...

Ni los momentos "luegonomeacuerdo" de desfase típicos...
Y por fin, para terminar, la no menos tradicional carrera de burros...
Antes de nada, las presentaciones, estos somos los cuatro panderetas que comenzamos la tarde. Llegamos, nos ubicamos lo mejor posible, y a zampar.












A otros les pone violentos...

Tampoco faltan los típicos a los que les deja en trance...



